El cine sonoro… mudo
En 1976, Mel Brooks consiguió estrenar una película muda, Silent Movie. Mejor dicho: una película sin diálogo, porque Silent Movie tenía una poderosa banda sonora. Mel Brooks había conseguido años antes grandes éxitos de taquilla, como El jovencito Frankenstein, y era conocido por sus delirantes guiones en la serie El superagente 86.
El argumento de la película casi es lo que podríamos considerar una película dentro de la película, estructura en abismo: un director de cine, interpretado por el propio Mel Brooks, quiere hacer la primera película muda en cuarenta años y tiene que convencer al productor de Big Pictures Studio (Sid Caesar) , prometiéndole que contará con las mayores estrellas de Hollywood. No es difícil imaginar al propio Mel Brooks en la vida real haciendo algo parecido. Una de las ingeniosas ironías de la película es que no se escucha la oz de ninguno de los actores, excepto de Marcel Marceau… el mimo más famoso de la historia, que en sus espectáculos nunca hablaba.
Tal vez Silent Movie sea la película de Mel Brooks que menos éxito tuvo, a pesar de ser muy bien recibida por los críticos de cine. Además, hay que admitir que muchos de los que fueron a verla lo hicieron porque en la película aparecían como reclamo los actores más famosos del momento interpretándose a sí mismos, desde Paul Newman a Burt Reynolds y Liza Minnelli. Otros espectadores sin duda acudieron al cine porque les llamó la atención una locura como era estrenar en 1976 una película muda. Tal vez esa fue la razón por la que en España se decidió traducir Silent movie no como Película silenciosa o Película muda, sino como La última locura de Mel Brooks.
«Silent Movie» (1976), de Mel Brooks © Crossbow Productions, 20th Century Fox. Reservados todos los derechos. (Cortesía de Guzmán Urrero en Cualia)
Muchos años después, en 2014, Mikchel Hazanavicius se atrevió a estrenar una película muda, El artista, con gran éxito de público y crítica, pues recibió cinco premios Oscar, entre ellos el de mejor película.
«The Artist» (2011) © La Petite Reine, France 3 Cinema, Wild Bunch, The Weinstein Company. Reservados todos los derechos.
Un año después del éxito mundial de El artista, en España se estrenó Blancanieves, de Pablo Berger, una nueva versión del célebre cuento, en blanco y negro y también sin diálogos.
Otro ejemplo reciente de película muda se encuentra en la película Tres tiempos, de Hou Hsiao Hsien, en la que se cuentan tres historias diferentes: una de ellas es muda.
En cualquier caso, siguen siendo excepciones, y el cine mudo, que para muchos directores de la época era el verdadero cine es ya cosa del pasado, aunque en su momento grandes artistas como Charlie Chaplin o Sergei Eisenstein despreciaron los talkies, es decir, las películas habladas.
Chaplin juró que nunca haría una película sonora, o al menos hablada (un talkie):
«En mi nuevo film Luces de la ciudad no utilizaré la palabra. No la utilizaré jamás. Sería fatal para mí».
Aunque Chaplin no cumplió su promesa y años después hizo varias películas con diálogos sonoros, es cierto que en su primera película sonora no incluyó diálogos, aunque en la escena inicial varias personas hablaban y se les escuchaba en una ingeniosa burla. La película tuvo un éxito formidable, a pesar de que ya tenía que competir con los talkies.
La magnífica escena inicial de Luces de la ciudad, en la que Chaplin parodia la nueva moda de las películas sonoras, convirtiendo el diálogo sonoro en algo ridículo.
Los últimos cineastas mudos
Para terminar, algunos magníficos ejemplos de películas sin diálogo realizadas durante la época sonora, y anteriores a Silent Movie, El artista o Blancanieves, propuestos por Guzmán Urrero en la versión de este artículo en Cualia.
«The Thief» (1952) es una película norteamericana de espionaje, rodada por Russell Rouse a partir de un guión de Rouse y Clarence Greene que también prescinde de los diálogos © Harry Popkin Productions, United Artists. Reservados todos los derechos. (Guzmán Urrero)
«Dementia (Daughter of Horror)», de John Parker, es un homenaje al expresionismo rodado en 1953. El montaje original carecía de diálogos, y al estilo del cine mudo, solo incorporaba una banda sonora musical y algunos efectos sonoros. (Guzmán Urrero en Cualia)
En cualquier caso, a pesar de las reticencias iniciales, el paso del cine mudo al sonoro fue uno de los primeros cambios de código en la historia del cine, al que los espectadores se acostumbraron en pocos años.
El guión de cine y los prejuicios