La ducha creativa

Daniel Tubau nos descubre por qué se nos ocurren tan buenas ideas cuando estamos en la ducha.

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Transcripción de la entrevista

 JLC: Buenas tardes, Daniel, hoy creo que nos vas a hablar de algo un poco insólito, la creatividad en la ducha, es decir, por qué tenemos tantas buenas ideas cuando nos estamos duchando.

DT: Así es, la semana pasada contamos que Graham Wallas, el hombre que empezó a investigar de manera científica la creatividad había propuesto que existen cuatro fases en el proceso creativo, la preparación, la incubación o reposo, la iluminación o inspiración y la verificación. Y que también decía que la inspiración existe, pero que es la tercera fase. Se produce cuando hemos pasado por la primera fase de investigación, documentación y trabajo sobre el problema que queremos resolver y cuando hemos pasado también por la segunda fase, la de olvidarnos del problema y pensar en otra cosa. Y entonces resulta que estamos duchándonos tan tranquilos y se nos ocurre la solución al problema

JLC: Pero a mí a veces se me ocurren muchas ideas cuando me ducho, incluso aunque no haya estado intentando resolver un problema…

Claro, porque en realidad, a lo largo de cada día nos preocupan y nos inquietan muchas cosas, pero muchas veces no somos ni siquiera conscientes de ello, pero nuestro cerebro sí lo es y le da vueltas al asunto sin que nos demos cuenta. Otras veces esas ideas que se nos ocurren en la ducha son el producto de combinaciones de experiencias que hemos tenido. Como dijo el matemático Poincaré y confirmó Wallas, nuestra mente o nuestro cerebro es creativo en el plano inconsciente y también muchas veces bromista e ingenioso.

JLC: Pero esto de la ducha y la creatividad al parecer viene de muy lejos…

DT: Pues sí, bueno, no exactamente la ducha, pero sí una bañera o una piscina. Nos podemos remontar hasta el famoso Arquímedes, un matemático y geómetra que sin duda ha sido uno de los grandes genios de la humanidad, comparable a Einstein o Newton. Te acordarás de aquella famosa historia del día en el que Arquímedes estaba en la bañera y de pronto grito “¡”Eureka!”.

JLC: Sí, me acuerdo, pero vamos a recordarla a nuestros oyentes…

DT: Pues resulta que el tirano Hieron II de Siracusa, en Sicilia, había encargado una corona de oro, pero no estaba seguro de si el orfebre le había añadido algo de plata para ahorrarse algo de oro, así que encargó a Arquímedes que lo averiguara y le dio la corona. El problema es que Arquímedes no podía deshacer fundir la corona para compararla  con una cantidad equivalente de oro puro, así que intentó solucionarlo por todos los medios, pero no lo logró. Ya estaba dispuesto a renunciar y a enfrentarse a la cólera del tirano cuando se fue a dar un baño y entonces observó que el agua de la bañera subía cuando él metía su cuerpo. Fue entonces cuando empezó a gritar ¡Eureka! como loco corriendo desnudo por las calles.

JLC: Vamos, que está claro que había dado con la solución al problema, pero, ¿qué quiere decir exactamente Eureka?

DT: Significa algo así como “Ya lo tengo” o “Ya lo he encontrado”. Arquímedes se había dado cuenta de que al sumergirse en la bañera, su cuerpo desplazaba una cantidad de agua que podía ser equivalente a su propio volumen. Es decir si se sumergía una persona delgada, el nivel del agua de la bañera subiría menos que si era una persona gorda la que se daba el baño. Así que lo que hizo fue sumergir la corona en un cubo de agua y dividir la masa de la corona por el volumen del agua desplazada y así supo su densidad, comparándola con piezas hechas de oro o de otros metales, como la plata o el plomo.

JLC: Vaya, yo no sigo el cálculo matemático del todo, pero entiendo la solución, porque cuando te sumerges en el agua, es verdad que sube el nivel del agua… Pero lo importante es que como decías al principio, Arquímedes tuvo esa inspiración mientras se bañaba.

DT: En este caso, es evidente que la solución al problema de Arquímedes vino del agua misma de la bañera, que no fue una casualidad sin más, pero es un buen símbolo de por qué es frecuente que se nos ocurran ideas cuando nos duchamos. Woody Allen dice que siempre se le ocurren las mejores ideas en la ducha. Pero también cuando paseamos o cuando estamos distraídos, o como me pasa a mí, cuando fregamos los platos.

JLC: ¿De verdad que se te ocurren las ideas cuando friegas los platos?

DY: Pues sí, se me ocurren tantas ideas que al final decidí ponerme una grabadora al lado cuando fregaba los paltos. Tengo varias cintas de casete grabadas con ideas. Ahora lo hago con el móvil, claro. Pero no siempre que friego, porque se puede perder el efecto.

JLC: ¿Ah sí? ¿Y por qué?

DT: Porque precisamente la razón de que se nos ocurran tantas ideas en lugares como la ducha, un paseo, o cuando limpiamos la casa o fregamos los platos es que en esas situaciones no estamos intentando resolver un problema o tener ideas, sino hacer otra tarea, mecánica, que deja nuestra mente libre para moverse por otros lados y recibir las ideas que han estado macerándose en nuestro cerebro de manera no consciente. Yo cuando limpio los platos me preocupo de que estén bien limpio, porque soy muy maniático, pero nada más, y el resto de mi mente consciente queda libre para recibir ideas nuevas. Digamos que esa iluminación o revelación, ese Eureka, nos viene porque hemos trabajado en un problema o hemos dado vueltas a ciertos temas, es decir la primera fase de la creatividad. Después lo hemos dejado de lado para hacer algo como fregar los platos o relajarnos en un paseo, que es la segunda fase de la creatividad según Grahm Wallas, y entonces es cuando nos viene la tercera fase del proceso creativo, la inspiración.

JLC: Así que podríamos decir, pensando en esas musas que dan nombre a nuestra sección, que las musas nos visitan porque antes las hemos llamado…

DT: Así es. Las hemos llamado al intentar solucionar un problema o simplemente al darle vueltas a un asunto, pero lo curioso es que ellas se presentan un poco cuando les da la gana, de manera inesperada. En cierto modo exigen que nos olvidemos de ellas.  La razón de esto no está del todo clara todavía, pero parece que tiene que ver, entre otras cosas, con el hecho de que nuestra memoria inmediata o de trabajo no es capaz de manejar muchas cosas a la vez y cuando nos obsesionamos por resolver un problema la llenamos de datos. También puede tener que ver el hecho de que emociones como la frustración y la sensación de que no vamos a encontrar la solución pueden también bloquearnos e impedir que escuchemos o recibamos ese trabajo subterráneo que nuestro cerebro ha estado haciendo en segundo plano.

JLC: Bueno, pues me encanta esto de que el cerebro trabaje para nosotros mientras nosotros hacemos otras cosas.
DT: Sí, es estupendo, pero hay que tener en cuenta que tenemos que trabajar antes para darle material a nuestra mente y que, además, debemos informar a nuestro cerebro de qué problemas nos interesa resolver. De eso hablaremos en otros programas.

JLC: Pues entonces, lo dejamos aquí, pero regresamos la próxima semana.