Ursula K. Le Guin y la confianza del escritor
Daniel Tubau nos cuentan los consejos y el proceso creativo de esta magnífica escritora Ursula K. Le Guin.
CHUS: Buenas tardes, Daniel. ¿Qué nos espera hoy en una cita con las musas?
DT: Nos espera una gran escritora y una de mis favoritas, y cuando digo favoritas aquí me refiero tanto a hombres como a mujeres, a escritores y escritoras. Se trata de Ursula K.Le Guin.
CHUS: Ah, es una gran escritora de ciencia ficción, y creo que murió hace poco.
DT: En efecto, murió el mes pasado. Es verdad que escribía novelas de ciencia ficción, aunque a ella no le gustaba mucho el término, y prefería algo así como ficción especulativa o simplemente decía que era escritora. Escribió muchos libros extraordinarios, como La mano izquierda de la humanidad, El nombre de este mundo es bosque, que muchos consideran la inspiración de Avatar, o Un mago de Terramar, que también muchos consideran la inspiración de la saga de Harry Potter, o Los desposeídos, que es una utopía anarquista.
CHUS: Ah, sí, porque ella también se declaraba anarquista.
DT: Así es, anarquista del sector Kropotkin no del de Bakunin, es decir no violenta. Y también decía que era taoísta. Pero ella siempre fue todo de manera muy inteligente, nunca fue una fanática ni simplificó las cosas y en Los desposeídos muestra que el anarquismo también tiene sus problemas, incluso en esa sociedad utópica.
CHUS: ¿Y qué nos puede contar Ursula K. Le Guin de la creatividad?
DT: Muchas cosas, porque ella decía que la imaginación es la herramienta más útil que posee la humanidad y dio talleres literarios y aconsejó a otros escritores, aunque decía que enseñar a escribir no se puede realmente. Cosa que es bastante cierta. En este tipo de asuntos, los profesores lo único que podemos hacer es señalar, como decía Agustín de Hipona. Pero aprender solo puede aprender la persona que decide hacerlo, quizá estimulada por buenos consejos.
CHUS: Pero no vamos a hablar de la ciencia ficción de Ursula K. Le Guin, ¿verdad?, sino de su proceso creativo.
DT: Claro. A ella le interesaba mucho este tema. En uno de sus ensayos breves que se llama “Una cuestión de confianza”, Le Guin cuenta un poco su proceso creativo y dice que un escritor debe confiar en sí mismo, en la historia y en el lector para escribir algo que valga la pena. Confiar en uno mismo, dice, es algo que se adquiere con la práctica, aunque es cierto que cuando estás empezando tienes que confiar en ti un poco a ciegas y fingir, y lo curioso es que si finges bien, al final te lo crees y funciona. Es como eso de ponerse un lápiz en la boca para mover los músculos de la sonrisa y así animarnos un poco.
CHUS: Ah, muy interesante. Un poco de fingimiento puede llevar a algo bueno… ¿Y lo de confiar en la historia?
DT: Con eso se refiere a que en un cierto momento te tienes que dejar llevar por la historia, renunciar a tener el control, pero solo en un cierto momento
CHUS: Bien. ¿Y en qué momento sucede eso?
DT: Ella lo cuenta de una manera que coincide mucho con los estudios acerca del proceso creativo, de los que ya hablamos en una ocasión al tratar de las fases de la creatividad propuestas por el pionero en la investigación creativa Graham Wallas. Se trata, dice Le Guin en primer lugar de planificar, leer mucho, escribir muchos borradores, hacer planes de todo tipo. Pero llega un momento en el que cuando eso empieza a funcionar, te dejas en cierto modo arrastrar por la historia.
CHUS: Pierdes el control.
DT: Eso es. Le Guin dice que puede sonar muy místico eso de que la historia te lleve, pero que no lo es. En realidad, dice, podemos ceder el control porque la práctica y la planificación nos ha permitido automatizar la mayoría de los aspectos de la escritura. Ella insiste mucho en que esto no tiene nada que ver con todas esas teorías que dicen que hay que cerrar el intelecto y pensar con el lado derecho creativo del cerebro.
CHUS: Ah, eso es una cosa de la que se habla a menudo, lo del cerebro creativo…
DT: Sí, pero la teoría de los dos hemisferios cerebrales, uno creativo y otro lógico y racional, fue descartada hace ya muchos años, aunque todavía hay personas que la repiten y elaboran teorías absurdas acerca de ese supuesto hemisferio creativo, que no existe. Para escribir, dice Le Guin, hay un trabajo constante, previo, muy importante, muchas veces subconsciente.
CHUS: como esa segunda fase del proceso creativo de la que habla Graham Wallas que se llama incubación.
DT: Exactamente. Y Le Guin dice que so en su caso a veces dura años. Hace planes, anota ideas, piensa en situaciones durante mucho tiempo. Después se olvida a lo mejor d esa novela y de pronto siente un impulso, eso que Wallas llamaba la inspiración o revelación, donde entiende cómo tiene que escribirlo y se pone a hacerlo como una posesa.
CHUS: Y es ahí donde cede el control y deja que la historia la lleve a cualquier lado.
DT: Así es, por supuesto no se trata de perder por completo el control, pues hay que seguir sosteniendo el bolígrafo o tecleando en el ordenador, pero es cierto que a veces sientes como si te estuvieran dictando la historia, mientras que otras veces avanzas con mucha dificultad. Esos momentos en los que escribes casi sin pensar son estupendos.
CHUS: Pero sospecho que ahí no acaba la cosa.
DT: Pues no, porque ella misma dice que cuando terminas la historia se termina y está calentita te quedas encantada, pero que después se va enfriando y vas viendo los errores, las inconsistencias, las parte más flojas, y entonces tienes que volver a tomar el control y revisarla.
CHUS: Pero Ursula K.Le guin decía que había una tercera cosa en la que confiar, además de confiar en ti misma y en la historia, que había que confiar en el lector.
DT: Sí, porque decía que nunca debemos olvidar que al otro lado de esa historia que escribes está el lector, es a él a quien te diriges y por eso recomienda varias cosas en este sentido. Primero, que una vez revisada la historia, es bueno recibir el juicio de otras personas, que te digan lo que han sentido, lo que han pensado, qué partes les gustan más y menos. Pero también recomienda no subestimar al lector y no tratarle despectivamente, confiar en que sea un buen lector y sepa hacer su trabajo.
CHUS: Claro, que no sea un lector pasivo sin más
DT: Pues sí, porque, al menos en su caso, a ella no le interesaban lo lectores pasivos que quieren que el escritor se lo dé todo hecho, los devoradores de bestsellers. Y es precisamente en la fase de la corrección donde tienes que pensar en el lector. Porque una cosa es la historia que has escrito para ti, que sabes muchas cosas por todo lo que has trabajado al escribirla y sabes muchas cosas que no están ahí en eso que has escrito.
CHUS: Porque todas esas cosas las sabes tú pero no las sabe el lector…
DT: Así es. Tienes que darte cuenta de eso y modificar muchas cosas que a lo mejor a ti te parecen estupendas porque conoces esa historia oculta pero que el lector no conocerá.
CHUS: Claro. Y es obvio que tú estás de acuerdo con Ursula K. Le Guin porque tienes un libro que se llama El espectador es el protagonista.
DT: Así es, porque resulta que lo mismo que le puede suceder a un novelista le puede pasar a un guionista o aun cineasta: olvidarse del espectador. De eso es posible que hablemos en alguna cita futura con nuestras queridas musas.
Recomendación Creativa
CHUS: Supongo que la recomendación creativa será un libro de Ursula K. Le Guin.
DT: Claro. Hay que decir que podríamos recomendar cualquiera de sus mejores libros, como Los desposeídos, El nombre de este mundo es bosque o La mano izquierda de la oscuridad, pero vamos a recomendar uno que no es de ciencia ficción, sino de ensayo.
CHUS: Ah, perfecto, ¿y qué libro es ese?
DT: ES una colección de ensayos que se ha publicado recientemente y que se llama Contar es escuchar, y tiene el subtítulo “Sobre la escritura, la lectura y la imaginación”.
CHUS: Y, claro, los ensayos son acerca de esos temas.
DT: Sí, pero también acerca de muchos más. Hay algunos textos biográficos o casi biográficos, como el primero, que es muy divertido y muy incisivo, cuando comienza diciendo: “Soy un hombre. Pensarán que he cometido un error de género sin querer, o que intento engañarlos, porque mi nombre de pila acaba en a, y soy dueña de tres sujetadores, y he estado embarazada cinco veces…”
CHUS: Ah, pues sí que parece interesante. Tengo que leerlo y ver por qué dice que es un hombre.
DT: Sí , es un ensayo muy bueno. Porque Le Guin, además de anarquista y taoísta era feminista y ha escrito muy buenas páginas acerca del feminismo. Pero también hay textos muy interesantes sobre los pies, los perros, los gatos, la belleza, Borges, al que admiraba por encima de todas las cosas, el determinismo genético y los talleres literarios.
CHUS: Y también el ensayo del que nos has hablado hoy…
DT: Sí, este de la confianza en uno mismo, en la historia y en el lector, que se llama “Una cuestión de confianza”.
CHUS: Pues no cabe duda de que tiene que ser un libro muy interesante. Dinos los datos.
DT: El libro es de Ursula K. Le Guin y se llama Contar es escuchar y lo publicó el año pasado la editorial Círculo de tiza.