La caja de herramientas de Stephen King
En su libro Mientras escribo, Stephen King da excelentes consejos para escritores. En cierto momento, recuerda algo que le sucedió cuando era niño con su tío Oren, cuando le acompañó para hacer una pequeña reparación casera. El tío Oren se llevó la caja de herramientas, pero, una vez en el lugar, tan sólo necesito el destornillador. Cuando Stephen le dijo que no tenía que haber llevado la caja de herramientas, su tío Oren le dijo que siempre conviene llevarla encima, porque nunca sabes qué es lo que vas a necesitar cuando estés allí:
«Para sacar partido a la escritura hay que fabricarse una caja de herramientas, y luego muscularse hasta poder llevarla. Quizá entonces, en lugar de dejar una faena a medias, se puede coger la herramienta adecuada y poner manos a la obra de manera inmediata».
Lo mismo debemos hacer los guionistas con los trucos, reglas, normas, técnicas o herramientas narrativas. Debemos tener una caja bien llena de recursos, porque nunca sabemos cuándo vamos a necesitarlos. En definitiva, tenemos que entrenar el músculo mental para que en todo momento nos sugiera ideas.
Listas y más listas
Un problema que tiene cualquier narrador es que no siempre recuerda todo lo que sabe: no tiene a mano su caja de herramientas. Por eso, es muy recomendable hacer listas, anotar las herramientas y trucos narrativos que conocemos, que descubrimos en cada nuevo trabajo. De este modo, cuando escribimos un guión, podemos repasar esas listas para preguntarnos si alguna de esas técnicas o herramientas pueden resultarnos útiles para mejorar lo que estamos escribiendo.